Aquí encontrarás las principales rutas para hacer senderismo y llegar hasta los más hermosos cuerpos de agua que hay en la Provincia
Descubre más sobre estos increibles lugares.
En Sogamoso, “La Ciudad del Sol y del Acero”, encontraras la puerta de entrada a las maravillas naturales de la Provincia de Sugamuxi. Uno de los puntos clave de la ciudad es la Plaza de la Villa, un espacio que, desde tiempos coloniales, ha sido el centro neurálgico de la vida urbana.
Aquí los viajeros pueden iniciar una de las rutas más hermosas del altiplano cundiboyacense: La Ruta de las Lagunas de Sugamuxi. Esta travesía conecta con los cuerpos de agua más emblemáticos de la región, que tienen una profunda importancia no solo por su belleza natural, sino también por su conexión con las tradiciones indígenas muiscas.
Situada en el municipio de Firavitoba, en la encantadora Vereda San Antonio, esta laguna se encuentra a una altitud que varía entre los 2.500 y 3.400 metros sobre el nivel del mar. Con una temperatura promedio de 14°C, el clima frío y refrescante invita a disfrutar de un paisaje sereno, rodeado por las montañas y la biodiversidad propia de los Andes.
Este rincón natural es perfecto para quienes buscan una experiencia auténtica en medio de la tranquilidad y la belleza de la naturaleza boyacense.
Recorre los senderos del páramo entre frailejones y musgos, disfrutando de paisajes andinos únicos y tranquilos. La laguna es ideal para el avistamiento de aves endémicas, mientras que los amantes de la fotografía podrán capturar impresionantes panorámicas de montañas y niebla entre los 2.500 y 3.400 metros de altitud. Si prefieres pasar la noche, el camping ofrece una experiencia bajo las estrellas en un entorno natural. La calma del lugar también es perfecta para meditar y desconectar. Además, puedes explorar la flora, fauna y la importancia de los páramos para la conservación del agua y la biodiversidad.
A pesar de su entorno natural, la Laguna de la Vereda San Antonio ofrece opciones acogedoras para una estancia cómoda. Las cabañas rurales cercanas, gestionadas por familias locales, brindan habitaciones con calefacción, chimeneas y comidas típicas. También puedes hospedarte en posadas de Firavitoba, donde la hospitalidad boyacense es destacada y se ofrecen recorridos guiados a la laguna. Para quienes buscan una experiencia más cercana a la naturaleza, hay opciones de camping organizado con servicios básicos. Además, el turismo rural comunitario permite disfrutar de la gastronomía local y la vida en los páramos, con una atención personalizada que asegura una estancia memorable.
El recorrido por la Laguna de la Vereda San Antonio no está completo sin disfrutar de la gastronomía local. Entre los platos típicos destacan el cuchuco de trigo con espinazo, una sopa espesa ideal para calentarse tras una caminata, y las arepas boyacenses, gruesas y esponjosas, hechas al fogón y servidas con queso o café. También podrás saborear el sancocho de gallina criolla, un plato reconfortante con papas, yuca y plátano, o el energético caldo de pajarilla, tradicional en las mañanas. Los postres caseros, como las obleas con arequipe, y las bebidas típicas como el agua de panela con queso, chocolate caliente o masato, complementan esta experiencia culinaria que conecta con las raíces boyacenses.
La Laguna de la Vereda San Antonio es un ecosistema frágil que requiere cuidados especiales. Las recomendaciones principales incluyen:
Este cuerpo de agua es de gran importancia ecológica porque aquí nace el río Pesca, en él predomina la vegetación típica de páramo con frailejones.
La Laguna Pantano Grande es un cuerpo de agua de pequeña extensión ubicado en el municipio de Pesca, Boyacá. Se caracteriza por su belleza natural y ecológica, siendo el nacimiento del río Pesca. Su nombre se debe a la gran cantidad de algas de color rojo claro que cubren su superficie, creando un espectáculo visual único.
Sus aguas cristalinas y el entorno natural que la rodea hacen de este lugar un destino ideal para practicar senderismo, observación de aves y otras actividades al aire libre. Los alrededores de la laguna ofrecen vistas panorámicas de montañas, bosques, páramos y una gran variedad de flora y fauna. Si deseas pasar una noche en contacto con la naturaleza, puedes acampar en las zonas permitidas. También puedes disfrutar de un día al aire libre con un picnic junto a la laguna.
La comodidad en este lugar radica en la conexión directa con la naturaleza. El sonido del agua, el canto de las aves y la brisa fresca ofrecen una sensación de tranquilidad y bienestar que difícilmente encontrarás en otros lugares. Puedes acampar en las zonas permitidas, siempre y cuando lleves tu propio equipo. Los habitantes de Pesca son generalmente amables y dispuestos a ayudar a los visitantes. Sin embargo, es importante recordar que este es un espacio natural y no un sitio turístico con servicios hoteleros.
Si bien no encontrarás restaurantes directamente en la laguna, en los pueblos cercanos como Pesca y Sogamoso podrás disfrutar de una amplia variedad de platos típicos boyacenses que reflejan la riqueza agrícola de la región.
El Lago de Tota es conocida por sus paisajes impresionantes, playas de arena blanca como Playa Blanca, y oportunidades para la pesca, el ecoturismo y la observación de aves. Las comunidades indígenas de la región también consideran este lugar sagrado y le atribuyen gran valor espiritual.
Este tesoro natural colombiano, ubicado en el corazón de Boyacá, te invita a desconectarte de todo y sumergirte en un paisaje de ensueño. En sus profundidades, se encuentra un antiguo templo muisca sumergido, que, según la leyenda, era un lugar sagrado donde los indígenas realizaban rituales en honor a sus dioses. Este místico cuerpo de agua también es conocido por sus playas de arena blanca, especialmente Playa Blanca, que sorprende a los visitantes por su parecido a una playa caribeña, pero en plena cordillera andina.
Disfruta de la tranquilidad de sus aguas cristalinas, relájate en las cálidas aguas de las termales cercanas, o explora los senderos que rodean el lago y descubre la rica biodiversidad de la región. Para los amantes de la aventura, el kayak y la pesca deportiva son opciones emocionantes. Y si buscas algo más tranquilo, simplemente puedes relajarte en la arena blanca de Playa Blanca, la única playa de clima frío en Colombia.
Sumérgete en la calidez de la hospitalidad boyacense. Encuentra hoteles alrededor del lago que te brindarán ambientes acogedores y servicios personalizados. Si buscas una conexión más profunda con la naturaleza, las cabañas rústicas son ideales. Para una aventura única, los domos geodésicos y las tiendas de campaña equipadas te ofrecen una experiencia inolvidable.
Deleita tu paladar con la rica variedad de platos típicos boyacenses, destacando la deliciosa trucha arcoíris. Preparados con ingredientes frescos y especias locales, cada bocado te transportará a la esencia de la región. Disfruta de esta experiencia culinaria en espacios acogedores y cálidos, donde la atención personalizada te hará sentir como en casa.
Ubicada en la vereda Mortiñal, en el municipio de Sogamoso, la Laguna La Colorada se encuentra a una imponente altitud de 3.800 metros sobre el nivel del mar. Para llegar hasta ella, es necesario recorrer un kilómetro a pie, un trayecto que ofrece al viajero una conexión íntima con la naturaleza. Este majestuoso rincón andino es ideal para la pesca, el camping y el turismo ecológico, siendo un refugio perfecto para quienes buscan escapar del bullicio.
Escondida entre los imponentes peñascos de arenisca, La Colorada se revela como una joya ancestral, reposando en las alturas y refrescando con su serenidad el paisaje solitario de los altos Andes de Suamox. Su quietud parece detener el tiempo, regalando al visitante una experiencia de paz y asombro en el corazón de la naturaleza.
En Sogamoso, podrás disfrutar de una gran variedad de platillos, destacando la ruta de la carne, donde se ofrecen cortes de res, cerdo, chigüiro y cordero. Uno de los platos más populares es la carne a la llanera. También podrás degustar abundantes acompañamientos como envueltos de mazorca y bebidas típicas como el guarapo. En la “Ciudad del Sol”, encontrarás restaurantes con una diversidad gastronómica de todas las regiones del país, siempre acompañados de una cálida y personalizada atención que te hará sentir en un ambiente familiar.
Además, es muy representativa la avifauna conformada por mirlas, perdices, pato zambullidor y el majestuoso Condor de los Andes, este último hace parte de un programa de repoblamiento único en América con 10 cóndores.
La Laguna de Siscunsí, un tesoro escondido en los Andes colombianos, ubicada a aproximadamente 45 minutos en carretera de la ciudad de Sogamoso, te invita a acercarte en un mundo de belleza natural. Rodeada de imponentes picos, frailejones gigantes y surcada por el vuelo majestuoso de los cóndores, esta joya boyacense es un refugio de paz y tranquilidad. Si buscas una aventura en contacto con la naturaleza, la Laguna de Siscunsí es tu destino ideal.
Disfruta de senderismo hacia las lagunas pedregosas, un conjunto de siete lagunas conectadas entre sí y alimentadas subterráneamente. Participa en el avistamiento de fauna y flora, incluyendo 154 especies de aves como el pato Oxyura y el cóndor de los Andes, así como una variedad de mamíferos. Además, podrás recorrer senderos ecológicos, realizar cabalgatas y participar en actividades educativas.
Encontrarás hoteles en la zona rural del páramo, con una diversidad de opciones de hospedaje, como campings, casas y cabañas. Estas cuentan con adecuaciones rústicas y autóctonas, típicas de la región. También hay hoteles en la ciudad de Sogamoso y en el municipio de Monguí.
En Sogamoso, podrás disfrutar de una gran variedad de platillos, destacando la ruta de la carne, donde se ofrecen cortes de res, cerdo, chigüiro y cordero. Uno de los platos más populares es la carne a la llanera. También podrás degustar abundantes acompañamientos como envueltos de mazorca y bebidas típicas como el guarapo. En la “Ciudad del Sol”, encontrarás restaurantes con una diversidad gastronómica de todas las regiones del país, siempre acompañados de una cálida y personalizada atención que te hará sentir en un ambiente familiar.
Es un cuerpo de agua natural rodeado de frailejones, donde se podrá disfrutar del paisaje del páramo de Siscunsí y Ocetá. A una altitud de 3.420 metros sobre el nivel del mar, en el municipio de Mongua, se encuentra la Laguna Negra; con una longitud de 730 metros de largo por 80 metros de ancho.
En este sendero se puede apreciar la conservación del medio ambiente, un desarrollo turístico como herramienta de sensibilización para visitantes y turistas hacia la naturaleza, utilizando la educación ambiental, la remembranza histórica y los recursos existentes, conservando el medio ambiente y mejoramiento del entorno de vida.
Disfruta de una caminata por los senderos que rodean la laguna y admira la belleza del paisaje, puedes realizar observación de aves y otras actividades al aire libre. Los alrededores de la laguna ofrecen vistas panorámicas de montañas, bosques, páramos y una gran variedad de flora y fauna. Disfruta de un momento de relajación al aire libre y lleva un picnic para compartir con tus acompañantes. Si deseas vivir una experiencia más inmersa en la naturaleza, puedes acampar en las zonas permitidas. Recuerda llevar todo el equipo necesario y respetar el entorno.
La comodidad en este lugar radica en la conexión directa con la naturaleza. El sonido del agua, el canto de las aves y la brisa fresca ofrecen una sensación de tranquilidad y bienestar que difícilmente encontrarás en otros lugares. Puedes acampar en las zonas permitidas, siempre y cuando lleves tu propio equipo. La hospitalidad se manifiesta en el trato de la comunidad local. Los campesinos que habitan estas zonas suelen ser muy amables y dispuestos a compartir sus conocimientos sobre el páramo.
Aunque no encontrarás restaurantes de lujo, sí podrás disfrutar de platos sencillos y sabrosos, preparados con ingredientes frescos y locales. Se consume carne de res, cerdo y pollo, aunque en menor cantidad que en otras regiones. También se encuentran productos lácteos como el queso y la mantequilla.
Esta laguna es uno de los principales espejos de agua, donde los patos con sus crías revoletean y a ellos debe su nombre la Laguna de los patos.
Esta ruta se abre paso por entre la zona rocosa del páramo de Gámeza a una altura de 3.900 msnm y a una temperatura promedio de 13°C. El camino muestra un hermoso paisaje de musgos, líquenes y bosques de frailejones; fauna como conejos, patos y venados, entre más se asciende se puede disfrutar mejor de este ecosistema.
El páramo cuenta con numerosas rutas de senderismo de diferentes niveles de dificultad, que te permitirán explorar los paisajes más hermosos y remotos, puedes realizar observación de aves y otras actividades al aire libre. Los alrededores de la laguna ofrecen vistas panorámicas de montañas, bosques, páramos y una gran variedad de flora y fauna. Si deseas pasar una noche en contacto con la naturaleza, puedes acampar en las zonas permitidas. También puedes disfrutar de un día al aire libre con un picnic junto a la laguna.
La comodidad en este lugar radica en la conexión directa con la naturaleza. El sonido del agua, el canto de las aves y la brisa fresca ofrecen una sensación de tranquilidad y bienestar que difícilmente encontrarás en otros lugares. Puedes acampar en las zonas permitidas, siempre y cuando lleves tu propio equipo. La hospitalidad en el páramo se manifiesta en el trato de la comunidad local. Los campesinos que habitan estas zonas suelen ser muy amables y dispuestos a compartir sus conocimientos sobre el páramo.
Aunque no encontrarás restaurantes de lujo, sí podrás disfrutar de platos sencillos y sabrosos, preparados con ingredientes frescos y locales. Se consume carne de res, cerdo y pollo, aunque en menor cantidad que en otras regiones. También se encuentran productos lácteos como el queso y la mantequilla.